7/5/10

Velos y Desvelos

Érase una vez una chica de 16 años llamada Nawja. Nunca había aparecido en los periódicos, ni en las televisiones, ni en boca de todos. Pero, un día, un pañuelo sobre su cabeza, le abrió las puertas de la fama.

En el colegio público al que acudía, existía una norma que decía así: “en el interior del edificio no se permitirá el uso de gorras ni de ninguna otra prenda que cubra la cabeza”.

Es muy probable que, antes de Nawja, otros muchos adolescentes con brotes de rebeldía hayan acudido a esas mismas aulas con gorros en la cabeza y tras un “Quítate eso”, problema resuelto. Quizá incluso haya ocurrido que algún niño enfermo de cáncer y sufriendo las consecuencias de la quimioterapia, haya entrado en clase cubriéndose la cabeza con un pañuelo. Pero el dedo acusador sólo apunta al hiyab. Y aun así, desde este colegio de Pozuelo se apresuran en decir que aquí no entran cuestiones de religión ni de cultura.

Una vez encendida la mecha, la explosión es inminente. Los medios de comunicación se suben al tren de la polémica y se visten de palabras vacías, intoxicadas.  Luego, ese tren va perdiendo velocidad y llega el silencio. Ahora que en las portadas se vuelve a hablar de Grecia e Inglaterra, hay que decir algunas cosas sobre todo este asunto del hiyab.

España no es un estado laico (que separa Estado e Iglesia y que, entre otras cosas, no permite símbolos religiosos en el espacio público), ni laicista (el Estado rechaza todas las religiones). Es un estado aconfesional, y esto implica que, aunque ninguna confesión tiene carácter estatal, los poderes públicos deben tener en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española. No lo digo yo, lo dice la Constitución Española, que también recuerda que existen acuerdos de colaboración con todas las confesiones religiosas y, en concreto, con la Iglesia Católica. De manera que los intentos de eliminar cualquier símbolo religioso de espacios públicos deberán sortear ciertos obstáculos en el plano legal; por no hablar del sociológico ya que este país, acuda o no a misa, se declara, en su mayoría, católico (Barómetro del CIS de 2008: el 72% de los encuestados se declaró católico)

Numerosas voces claman estos días contra el velo islámico repitiendo que es éste el símbolo de la discriminación de la mujer en el Islam. Si la discriminación de la mujer en el Islam sólo se manifestara en el velo, ello sería  más bien motivo de alegría y no de enfado. ¿De verdad alguien se cree que si se prohibe el velo se acaba para siempre con la discriminación?

Además, detrás de discursos que pretenden ser odas a la tolerancia, se esconde un absoluto desconocimiento de una frase tan cierta como simple: “En todas partes cuecen habas”. ¿Qué quiero decir? Pues que la discriminación de la mujer es el lastre de la inmensa mayoría de las religiones del mundo. Sin ir más lejos, dice el Génesis “3:16 A la mujer le dijo: "Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará”.

No sé cual es la solución al problema, ni cuanto de utópico tiene el deseo de construir una sociedad multicultural en la que se respeten todas las religiones y creencias. Pero si creo en la libertad por encima de la prohibición. Cualquier manifestación de una religión, creencia o ideología que no atente contra los derechos fundamentales del resto de las personas debería estar permitida.

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Aquí, unas palabras de Manuel Vicent sobre este tema. Muy acertado, como siempre

"Es inenarrable la cantidad de cosas que se ha puesto la gente en la cabeza desde el inicio de la historia. Algo muy extraño debe de esconder el cerebro cuando existe el instinto de cubrirlo o de prolongarlo con toda clase de prendas y cachivaches, cada uno con un significado: el velo, la mantilla, la gorra de plato, el solideo, el kipá, la tiara, la toca, el sombrero borsalino de Al Capone, el casco, el gorro de cocinero, el bonete, el turbante, la corona imperial o la boina capona"

4 comentarios:

Sandra Olmo dijo...

Este artículo si que merece la pena ser comentado! Genial como siempre.

María Se Ríe dijo...

Thanks srta. Olmo!

Pablo dijo...

La cuestión creo que debe ser si la niña lleva el velo (o como se llame) por voluntad propia o porque papá le obliga por la sura número x del Corán. Me parece legítimo que la niña lleve velo voluntariamente igual que un quinqui pueda llevar un piercing en el cerebro. Es lo que tiene la libertad.

Interesante aparición estelar del Génesis, pero desafortunada. Como sabes, y sin que yo me las de de teólogo, con el nacimiento de Cristo se destierran las prácticas del Antiguo Testamento (el "ojo por ojo, diente por diente" y demás). La Iglesia Católica se funda en la Última Cena y Cristo predica el "amad al prójimo como a ti mismo".

No es comparable la situación de la mujer en el Islam con la de la mujer en el cristianismo. Otra cosa es que usted y "los jóvenes y malditos" la quieran ver igual...

María Se Ríe dijo...

Hola Pablo

Absolutamente cierto que también, entre otras cuestiones, entra aquí la libertad de la niña y la imposición del padre. Pero creo que eso había quedado claro en la medida en que ella misma ha asegurado llevarlo porque quería. Si luego ciertas personas no lo creen o no quieren creerlo es otro cantar...

En cuanto al Génesis, reconozco que era más un golpe de efecto que un argumento fuerte. Sólo quería señalar que hay palabras "de más" en cualquier texto sagrado. También me cuesta entender que el máximo pilar de una religión sea un texto con miles de años de antigüedad. Pero de nuevo me meto en una delicada cuestión...

Sea como fuere, no dudo de que tus conocimientos en religión (y más, en la católica) superan a años luz los míos (que se reducen a lo que me contaron en el colegio y a una abuela cabezota como ella sola).

Aun así, yo he dicho que la discriminación de la mujer existe en todas las religiones de una u otra forma, no que en todas las religiones sea ésta igual de evidente...o dolorosa.

Ya acabo....Yo no me excluyo de los "Jóvenes y Malditos". Me gusta ser uno de ellos. Y me parece que tu también podrías unirte, que aunque no compartamos algunas opiniones, sí compartimos generación...Y la maldición...pues hablamos en unos meses :)