La piel de gallina. Metros de distancia desde el escenario hasta esta butaca. Entonces suenan unos acordes repasados miles de veces, una guitarra rasgada y una voz. Es como estar en todos lugares y en ninguno; al borde de las lágrimas sin sentido; en los márgenes de todas las páginas que te quedan por escribir.
Los años, los discos y los besos pasan volando sin que pueda atraparlos. Los recuerdos se enredan mientras en voz baja canto esa canción que siempre despierta los fantasmas y los sueños.
Alrededor, dos caras amigas y tantas otras invisibles. Pero todas esas pupilas comparten algo. Esa alegría efímera que dentro de unos minutos empezará a gotear por las paredes de este edificio abarrotado. Comparten la ilusión y el pasado.
Vuelvo a casa con la huella de un par de canciones infinitas. Pero algo ha cambiado.
No todos los viajes al pasado son buenos. A veces recuerdas más de lo que puedes soportar. A veces ciertas canciones encienden deseos que parecían apagados. Ni siquiera la lluvia insistente después de medianoche borra algunos miedos.
La mañana después hay dos opciones: caminar por las aristas de la melancolía o quizás....quizás me decida a ser valiente.
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Palabras después del concierto de Quique Gónzalez en el Palacio de Congresos (7/05/2010)
2 comentarios:
preciosa crónica, sigue con el blog, que da gusto leerte :)
Gracias...aunque la verdad es que debería ser más constante ! :D
Ah y ..¿Quién eres? (me pica la curiosidad)
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