4/3/10

Cuba, libertad y palabras.

Hace varios días Orlando Zapata, de 42 años, murió en una cárcel de Cuba tras una huelga de hambre de 85 días.

Esta muerte ha provocado una oleada de comentarios y reacciones en la red y fuera de ella. Todos quieren dejar caer su opinión sobre la familia Castro, los presos de conciencia y la libertad o la ausencia de ésta. En el archipiélago atlántico numerosos disidentes han decidido, en señal de protesta, empezar huelgas de hambre. El caso que más ha trascendido en los medios es el de Guillermo Fariñas, periodista y psicólogo. Hay quien incluso ha tratado de explicar, jurídicamente, si el gobierno es o no directamente responsable de la muerte de Zapata.

Después de la crisis y la famosa ciclogénesis explosiva, Cuba es ahora el tema del que últimamente hablo con compañeros de universidad y amigos. Ayer mismo le comentaba a un amigo que me parecían indignantes las palabras del actor Guillermo Toledo sobre Orlando Zapata. Sobre todo porque me parecía contradictorio defender con tanto ahínco la huelga de hambre de Aminatu Haidar y no condenar la situación en la que se encuentran muchos presos cubanos. Pues bien, me respondía este amigo que consideraba que había mucha hipocresía en relación con Cuba y que este país sufría una campaña de acoso mediático injusficada. Venía a decir que el dedo acusador de los medios apunta sólo a Raúl Castro y ha olvidado por arte de magia otros conflictos, fraudes electorales y golpes de estado.

Esta es mi respuesta:

Las injusticias que sufre este gigantesco planeta en el que vivimos no se reducen a lo que pasa en Cuba, eso está más que claro. Pero el hecho de que haya situaciones silenciadas por los medios y ocultadas por los políticos no significa que lo que pasa en Cuba sea una nimiedad ni, menos aún, que no se puedan criticar las violaciones de derechos humanos que existen en ese país.

No quiero poner en duda los posibles y parece que probados méritos que en el plano educativo o en el respeto al medioambiente haya conseguido el gobierno cubano (algo mencionó este amigo sobre la huella ecológica de Cuba). Pero hay cosas importantes que hay que decir, por mucho que una ideología despierte en nosotros ciertas simpatías o al contrario, cierto escozor.

No se puede seguir justificando lo que se ha convertido en una dictadura porque su llegada al poder fuera legítima en su día. De la misma forma carecen de razón quienes evitan condenar los indiscriminados ataques de Israel a Palestina por “la continua persecución que ha sufrido el pueblo judío a lo largo de la historia”.

Varias cosas suceden hoy en Cuba que son denunciables: la vulneración del derecho de expresión, la posibilidad de que el gobierno decida retirarle a un cubano el permiso para salir de la isla o la expulsión de alumnos de las universidades por motivos ideológicos. Son quizá, las más relevantes, pero no las únicas.

Es cierto también que en ciertas ocasiones el ataque a Cuba parece desproporcionado. No creo que sea ésta una de ellas. ( Paréntesis: No deja de ser sorprendente que, hoy mismo, la mayoría de los blogs que inauguran en el Partido Popular arrancan con sentidos lamentos por la muerte de Zapata) . Pero hay ciertos artículos que claman al cielo como , por ejemplo, el de Raúl Gómez titulado “Reina Tamayo y los mercaderes de la muerte”, en el que se habla de la muerte de Zapata en estos términos : ¿Por qué Oswaldo Payá Sardiñas, laico prominente de la iglesia católica cubana, hombre de fe cristiana, premio Sajarov del Parlamento Europeo, líder del Movimiento Cristiano Liberación y autor del Proyecto Varela –por el que según cuenta el propio Payá, Zapata Tamayo habría sido encarcelado—, en vez de estar lanzando llamamientos de solidaridad internacional para salvar su vida, algo que él perfectamente sabía que era totalmente inútil para presionar al gobierno cubano, no ejerció toda su autoridad moral y su influencia para convencerlo de que vivo era más útil a la Patria y hacerle deponer su actitud suicida y anticristiana?

Mi contestación a este amigo ral vez se esté prolongando demasiado... Pero me parece necesario.

No puedo ni quiero olvidar en mi respuesta mencionar a Yoáni Sanchez, cuyo blog “Generación Y” es uno de los más leídos de la red. Aquí va una muestra del compromiso de esta mujer valiente, a la que , por cierto, ciertos compatriotas tachan de “mercenaria” cuando en realidad lo único que hace es contar, día a día cómo viven los cubanos:

No tienes antecedentes penales, jamás has sido condenada por un tribunal y tus delitos más frecuentes consisten en comprar queso o leche en el mercado negro. No obstante, acabas de comprobar que sigues purgando un castigo. Tu sentencia es quedarte tras los barrotes de este archipiélago, recluida por esa franja de mar que algunos ingenuos consideran un puente y no el foso insalvable que realmente es. Nadie va a dejarte salir, porque eres una reclusa con un número pegado a la espalda, aunque creas que llevas la blusa que sacaste del armario esta mañana

Como bien señalaba Elvira Lindo en EL PAIS esta mañana y haciendo de nuevo referencia a las palabras de aquel actor que provocaron el inicio de esta discusión entre dos amigos, me sorprende la actitud de quienes niegan cualquier ataque a los derechos fundamentales en Cuba. Es muy fácil defender dictaduras disfrazadas de democracias desde este lado, desde un lugar en el que (menos mal) sí existe libertad para decir cualquier cosa.

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