17/3/10

90 metros

Atrapo mechones de pelo entre las manos. Los divido en tres partes y los entrelazo. En cinco minutos, una trenza hasta la cintura. En cinco minutos sonará el teléfono. Quedan cuatro minutos y gotean los segundos mientras se acerca el final.

-Como me dijiste. En el cabo del faro al borde del acantilado.

La sonrisa postergada en el tiempo de quien se cree feliz. Esa realidad manchada de cuento. Las mentiras, las bromas pesadas, los ruidos, los gestos. Mi vida perdida en este mapa.

Aunque trago saliva la garganta me arde.

-¿No ha gritado?

-Sí. Pero el viento…este maldito viento tapa todos los demás sonidos.

La rabia metida entre los dedos. Deshago la trenza en un segundo arrancando un rizo paralizado por el miedo.

-Gracias. No vuelvas a llamarme, por favor.

Ahora el silencio mientras él desaparece para todos los demás. El silencio mientras voy quitando las fotos. Contengo el aire ensayando tristeza en el mismo espejo en que vuelvo a contar tres mechones de pelo y noventa metros hasta el mar.

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