18/9/13

Nunca has sido un número

Con un año aprendí que hay día y noche y es mejor hacer ruido en el primero. 
Con seis supe que las letras también se dibujan.
Con ocho pataleaba para que me contaran cuentos al dormir y al despertar.
Con diez comprendí que al hablar francés y al llorar la boca adopta forma de O delgada.
Con doce escribía gramática en la pizarra y mala ortografía en papeles secretos.
Con catorce me alimenté de libros y acentué todos los dramas del colegio.
Con dieciséis me inventé una decena de catástrofes naturales para no hacer exámenes.
Con dieciocho escribí mi primera poesía: te quiero
Con veinte memoricé leyes y descifré sentencias y algún silencio.
Con veintiuno fui a buscar musas a París y me perdí en el metro.
Con veintitrés decidí que iba a ser periodista, editorialista, cronista, alarmista y mileurista.
Con veinticuatro entendí que a hacer malabares con palabras lo llaman titular.
Con veinticinco quise ser un verso suelto pero me dí de bruces con la página en blanco.
Con veintisiete aprendí que hay vida y trabajo y es mejor hacer ruido en la primera.




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