22/2/14

Bienvenida



Érase este país de vallas y fronteras,
de cuerdas sujetando las muñecas.
Cuchillos en la tierra prometida,
las tripas revueltas,
las raíces podridas,
y algunos soles que en inverno
nos sujetan las vértebras.

Las ciudades salpican oro rojo
por las noches se escuchan los dientes
de las ratas, iguales que los hombres,
con vidas aún más cortas.

Yo estoy llena de huecos.
Me escondo en las metáforas
me acurruco en tus brazos.

Quiero estar despierta

Nos hemos olvidado de una cosa.
Si estamos vivos no es gracias a nosotros
Es porque otros murieron
aquí, donde yo piso. Gritaron
donde yo callo. A veces
me he sentido más cerca de los muertos
que de ahora y vosotros, de esta ciudad
de sobornos y credos
de ciegos sin memoria
de locos sin ideas.

Quizás baste saber que soy
Quizás baste saber que somos
Una pequeña parte de la historia.






1 comentario:

Yeamon Kemp dijo...

La palabra "credos" se parece sospechosamente a "cerdos". He tenido que leer la estrofa dos veces -y el significado no ha cambiado demasiado-.

Olvidamos con facilidad de dónde venimos o por qué somos. Y aquél que no conoce la historia...