Veinte años antes, cuando te tapabas la cara con la manta, para no desafiar a las sombras con forma de leñadores que se comían niñas vestidas de rojo, en este mismo lugar, gritaste: "¡Eh, mira, mírame, sin manos!" y creíste que eras única, poderosa, libre, a pesar del metal que apretaba tus piernas.
Pero ahora estás congelada, el frío te lima la primera piel del cuello. Eres un cadáver en un museo de cera.
Pero ahora estás congelada, el frío te lima la primera piel del cuello. Eres un cadáver en un museo de cera.
Y aquí, en este columpio con letras de hierro, cincuenta y cuatro metros más cerca del cielo (escarcha, casi tiniebla), observas. Porque casi siempre es más inteligente que hablar.
¿Por qué estudiar el baile de la elipse que dibuja la Tierra, si un día dormiremos en el barro negro donde también van a morir los insectos? ¿Por qué este empeño en conseguir un premio, si nunca disfrutamos el camino donde escupimos el aliento?
Aunque cada domingo te hundas en el celuloide de la eternidad, las butacas acabarán rompiéndose. Y aunque te dejes cautivar por el papel donde bailan las letras, mañana olvidarás el capítulo nueve. Y si cierras los ojos imaginando la piel desnuda mientras suena la música, cuando despiertes la garganta del dolor se habrá tragado la orquesta entera.
Pero desde aquí arriba parece que los lobos sólo pueden aullar. Porque no hace falta creer en los héroes para ser un valiente.
Aunque cada domingo te hundas en el celuloide de la eternidad, las butacas acabarán rompiéndose. Y aunque te dejes cautivar por el papel donde bailan las letras, mañana olvidarás el capítulo nueve. Y si cierras los ojos imaginando la piel desnuda mientras suena la música, cuando despiertes la garganta del dolor se habrá tragado la orquesta entera.
Pero desde aquí arriba parece que los lobos sólo pueden aullar. Porque no hace falta creer en los héroes para ser un valiente.
8 comentarios:
Cambiaste la parte de arriba?
-ahm
Sobra héroes y faltan preguntas de las que no buscan respuesta.
La banda sonora encumbra el texto.
MAGNIFICENT, as always.
:)
"Hay que ser muy valiente para vivir con miedo.
Contra lo que se cree comúnmente,
no es siempre el miedo asunto de cobardes.
Para vivir muerto de miedo,
hace falta, en efecto, muchísimo valor."
Ángel González
Pero qué ganas de darle un susto a un héroe.
Y vaya héroe si no tiene miedo:
¡fanático!, ¡incapaz de amar!, ¡insensible!, ¡bruto!
Disfrutar del camino es lo que siempre se nos olvida. Ya sea un camino donde nos dejemos el aliento, empeñemos nuestras ilusiones, o cualquier otra cosa, deberíamos recordad más a menudo que lo único que tenemos para disfrutar y vivir ese justo ese camino.
Excelent, anyway!
¿Qué sería de nosotros sin sentir el miedo o el vértigo de algunos momentos? ¿Cómo podríamos valorar entonces la calma y todo lo bueno que suele seguirle?
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